22. ¡Qué pregunta!

¿Qué pondrá cuando completa esos formularios que dan en Migraciones? Esos papelitos que la juegan de inocentones y te preguntan cuál es tu profesión.
¿Pondrá “Futbolista”? ¿”Jugador de fútbol”?
Es como obvio, ¿no? Con su nombre debería alcanzar y sobrar pero esta gente insiste en preguntar.
Y quieren que quede por escrito.
Para colmo, poner “futbolista” o “jugador de fútbol” define a medias cuál es su ocupación. No lo define a él. Porque lo pone a la par de muchos, de muchísimos otros que no le llegan ni a los talones.
¿Vale poner “goleador”?
“El goleador”, en todo caso. Porque él no es un futbolista ni un jugador de fútbol, él es mucho más que eso. Él es “el señor gol”. El “titán del gol”. El “optimista del gol”, como lo bautizó uno que sabe y mucho.
¡Qué falta de respeto preguntarle la ocupación!
¿Sabés de qué labura? ¿Sabés? De regalarle alegría a la gente. De eso labura. Tiene 35 años y desde hace 20 que se dedica a clavar goles en todas las redes.
¿Te alcanza?
Es el hombre de los goles extraños también: pateó un penal con las dos piernas, metió su gol número 100 con los ligamentos rotos, le clavó un golazo a Independiente desde atrás de mitad de cancha, uno a River (entre tantos que le hizo) colgado del travesaño y otro a Vélez desde 40 metros pero ¡de cabeza! Que pide un renglón en la Guinness.
Decile al de Migraciones: ¿Tenés tiempo para que cuente cada uno de los goles? Mirá que son casi trescientos. Y la cuenta sigue.
Algún gil podrá decir que es el único tipo que pifió tres penales en un mismo partido y tendrá razón. Pero a él no lo define ese hecho aislado, único. A él lo definen los 20 goles que metió en un torneo de 19 partidos. ¿Récord? ¡Y qué te parece, 20 goles en 19 partidos! Los 4 que le metió a Gimnasia un 18 de marzo. Y si le sumás los 3 que le clavó a su ex, Estudiantes, una semana antes, tenés 7 goles en 7 días.
¿Te va quedando claro?
No hay otra. El que le da ese formulario y pretende que ponga “futbolista”, es de River o de Gimnasia. Sólo ellos (tal vez) siguen negando lo que la realidad nos dice todos los días, que Martín, que Martín Palermo es “el hombre gol”.
¿Quién no gritó su gol, agónico pero maravilloso, contra Perú en las Eliminatorias?
Sí, ese que hizo en el minuto 48 del segundo tiempo, bajo la lluvia, con la nariz fracturada. Cuando muchos otros bajaban los brazos pero él no.
¿Quién no lo gritó?
¿Quién no se dio cuenta de que ahí logramos la clasificación para este bendito mundial?
¿Quién?
Dejá el casillero en blanco, Martín. No completes nada.
Que ellos pongan lo que quieran. Total el domingo hacés un gol y se los dedicás, a ellos, a nosotros, a todos, al mundo, al fútbol. Porque vos siempre sos generoso, Martín.
Gol, Martín, gol...

Pablo Pedroso
Buenos Aires, 15 de noviembre de 2009
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